jueves, 24 de noviembre de 2016

El instituto de Prehistoria y Arqueología Sautuola participa en la recuperación, consolidación y puesta en valor de la iglesia de Santa Leocadia ( Borleña, Corvera de Toranzo)

        Ante la incertidumbre que se cernía sobre la conservación de la ruina de la iglesia y del cementerio aledaño, ubicados en el paraje de “Panzal”, un privilegiado enclave natural entre las localidades torancesas de Borleña y Salcedillo, la Asociación  “Santa Leocadia: cultura, memoria y territorio “, selló, el pasado 29 de julio, un convenio de colaboración con el Instituto de Prehistoria y Arqueología Sautuola. Dos años antes, el mencionado colectivo había obtenido un acuerdo de cesión del edificio con fines culturales y artísticos por un periodo de cinco años, a contar desde la fecha de la firma del convenio con La Diócesis y Obispado de Cantabria y Mena, el 22 de julio del año 2014.

El proyecto de intervención y recuperación que se viene desarrollando en la iglesia de Santa Leocadia se articula en dos fases: la primera contempla una actuación de naturaleza arqueológica; una vez concluida ésta se procederá a la consolidación arquitectónica de las zonas más sensibles de la ruina, con el ánimo de garantizar su pervivencia en el tiempo y la seguridad de los eventuales visitantes. El Instituto Sautuola, además de haber adquirido la responsabilidad de la dirección técnica de la intervención arqueológica ha comprometido una aportación económica para contribuir a la viabilidad efectiva del proyecto, proveniente de la subvención que recibe del Gobierno de Cantabria, a través de la Dirección General de Cultura.

Con estas premisas y contando con el preceptivo permiso de actuación arqueológica para Santa Leocadia, concedido por Servicio de Patrimonio cultural del Gobierno de Cantabria el 18 de agosto de 2016, se dió inicio a los trabajos recién inaugurado el mes de septiembre. Desde ese momento la colaboración altruista y entusiasta de los miembros del Instituto Sautuola, además del concurso inestimable de especialistas en la disciplina y colaboradores, han confluido para que la iglesia de Santa Leocadia, según avanzaba la intervención sobre el terreno, nos desvelara su azarosa historia. Historia que nos habla de reformas y modificaciones sustanciales del edificio original en su evolución histórica pero, a su vez, de los efectos destructivos que el irreverente paso del tiempo, la incuria y el expolio han ocasionado, hasta convertir en silenciosa y resignada ruina la que en otro tiempo fue una entidad religiosa de referencia en el Valle de Toranzo.

          De inciertos orígenes, posiblemente en los siglos XIV o XV, la fábrica actual conserva elementos inerciales de un románico rural, muy esencial y austero, en un momento de paulatina implantación de la estética gótica, a la que la iglesia de Santa Leocadia no es ajena. Presenta nave única y testero de planta cuadrangular al que se accede a través de un arco triunfal apuntado. En el hastial oeste se abre, en modesto arimez, la puerta de acceso concebida en arco de medio punto de amplio dovelaje y chambrana moldurada sin decorar. Coronando este paramento se alza la espadaña, de doble tronera con arcos que muestran un leve apuntamiento. Adosado al muro del mediodía se  conservan, muy arruinados,  los restos de un soportal de factura constructiva similar a la del resto del edificio. 
El interés de los arqueólogos se ha centrado en el seguimiento meticuloso de las remociones de tierra contempladas en el proyecto, que, acorde al plan de actuación previsto, se vienen sucediendo en toda la superficie de la planta eclesial, con el ánimo de acceder a los niveles fundacionales, es decir, a los pavimentos o suelos de uso relacionados con el culto pretérito de la parroquia de Borleña.  

La cadencia de los trabajos ha permitido la conclusión de esta primera fase de intervención en Santa Leocadia se situaría en la primera mitad  del mes de noviembre. A partir de entonces, el Instituto Sautuola, tras esta enriquecedora experiencia, seguirá apostando por la intervención directa y protagonista en la recuperación, preservación y divulgación de un patrimonio arquitectónico que languidece abandonado a su suerte, canalizando sus recursos humanos y materiales hacia la Iglesia de San Julián de Liendo, necesitada también de una pronta y eficaz intervención para paliar y contener su creciente deterioro.